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¿Qué beneficios tiene la Psicoterapia?

Antes de todo, debemos saber qué es una terapia, para luego comprender las dimensiones y alcances de su empleo en Psicología.  La palabra terapia viene del griego "therapeia", significa curación, comprendiendo un amplio abanico de métodos y técnicas empleados, cuyo fin es “prevenir, tratar, manejar o curar una enfermedad o afección médica”, según lo define el Diccionario Médico de la Universidad de Navarra.

El propósito de una terapia es -fundamentalmente- restablecer o mejorar las funciones físicas o psicológicas de una persona, tradicionalmente llamada  paciente (hoy, sospechosamente cliente), aminorando o eliminando la sintomatología que padece. Este antecedente ético es, hoy en día, un asunto que ha pasado a un segundo plano debido a la concepción de la salud o sanidad como un producto de mercado, en el que concurren demandantes en condiciones desfavorables y los oferentes que procuran por todos los medios de obtener el máximo beneficio de sus servicios, pudiendo así “cronicalizar” una condición médica en vez de buscar el poco rentable concepto de curación. Pero este asunto quedará para un posterior análisis en profundidad.

Volviendo al concepto en cuestión, existen dos grandes clasificaciones principales para las terapias: las farmacológicas y no farmacológicas. Las terapias farmacológicas son las que tratan una patología usando medicamentos o sustancias químicas.  Por ejemplo, el empleo de  analgésicos y antiinflamatorios para aliviar el dolor y reducir la inflamación según sea el caso. También la administración de antibióticos para combatir las infecciones causadas por bacterias. En todos los casos de empleo de fármacos en un proceso terapéutico debe existir una prescripción médica, debido a los efectos directos y colaterales de éstos en el organismo.

Las terapias no farmacológicas son las que incluyen diversos tipos de intervenciones, como la cirugía, rehabilitación física, aquellas que modifican estilos de vida o hábitos alimentarios y las psicológicas. Como ejemplo ideal podría mencionar a una persona con obesidad mórbida, que ha pasado por una operación quirúrgica bariátrica, puede recibir un programa terapéutico integral de recuperación mediante ejercicios kinesiológicos para su movilidad, modificación de su dieta y apoyo psicológico. Lamentablemente, la concepción actual de la salud predominante no considera al paciente como una persona en todas sus dimensiones, más allá de lo estrictamente biológico; relegando a un segundo plano las áreas, psíquica, social y espiritual, las que también son vitales para un equilibrio homeostático que le brinde bienestar y plenitud. 

    La Terapia Psicológica

    La terapia psicológica es cualquier técnica psicológica usada para facilitar cambios positivos en la personalidad, conducta o el ajuste de un individuo (Coon, et al 2013). 

    Debemos comprender que la psicoterapia no es exclusiva para personas con diagnósticos clínicos o patologías mentales. De hecho, todos podemos beneficiarnos de un proceso terapéutico para desarrollarnos, adaptarnos, sanarnos o crecer emocionalmente, incluso cuando no presentamos síntomas clínicos.

    A pesar de encontrarnos en una sociedad en donde la información sobreabunda, todavía escucho a muchas personas decir  "el psicólogo es para los locos, no es para mí". Sin embargo, este tipo de prejuicio impide a muchos tener un cambio significativamente positivo en sus experiencias vitales.

    Si te encuentras en alguna de las siguientes situaciones, podrías estar necesitando un acompañamiento psicológico*:

    1. Procesos de cambio o crisis vital 

    • Cambios importantes como separaciones, jubilación, migración, maternidad/paternidad, mudanzas, etc.
    • Personas que experimentan crisis existenciales, dudas sobre su propósito o sentido de vida.
    • Quienes están en transiciones profesionales o vocacionales.

    En estos casos, la psicoterapia ayuda a clarificar valores, redefinir metas y tomar decisiones con mayor seguridad.

    2. Quienes desean mejorar su autoestima y autoconocimiento 

    • Personas que no se sienten cómodas consigo mismas o que desean conocerse mejor
    • Personas que buscan desarrollar una relación más amable consigo mismas, sin que exista un diagnóstico clínico.

    La psicoterapia les ofrece un espacio para explorar la identidad, reforzar la confianza y resignificar experiencias.

     

    3. Personas que enfrentan dificultades relacionales

    • Problemas en relaciones de pareja, familiares, laborales o sociales.
    • Dificultades en la comunicación, establecer límites, expresar emociones o manejar conflictos.

    La psicoterapia permite revisar patrones relacionales, ensayar nuevas formas de vincularse con otras personas y desarrollar empatía.

     

    4. Personas con altos niveles de estrés o sobrecarga

    • Profesionales con alta exigencia emocional (profesores, cuidadores, personal de salud, terapeutas, etc.).
    • Personas que experimentan desgaste por roles de cuidado, como cuidar a padres mayores o hijos con necesidades especiales.

    La psicoterapia ayuda a prevenir el síndrome de Burnout, encontrar espacios de autocuidado y reequilibrar las energías personales.

    5. Quienes buscan desarrollo personal o espiritual

    • Quienes desean explorar aspectos profundos de su vida interna, vocación, espiritualidad o creatividad.
    • Personas interesadas en procesos de crecimiento consciente, incluso sin una “problemática” específica.

    La psicoterapia actúa aquí como una guía en el camino del autodescubrimiento, conexión interior y expansión del potencial humano.

    6. Personas que desean mejorar sus habilidades emocionales o sociales

    • Personas que desean aprender a gestionar mejor sus emociones, ser más asertivas o desarrollar inteligencia emocional.
    • Personas que sienten que “algo les falta” para sentirse plenas, sin que exista un problema definido.

    La psicoterapia les ofrece recursos prácticos y reflexión para desarrollar competencias emocionales esenciales.

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     *Los casos antes mencionados procuraré abordarlos este blog, para dimensionar los alcances  de un proceso terapéutico que, con tu voluntad y acción, consigas un mayor bienestar en todas las áreas de tu vida y, por sobre todo te animo a que recurras a una persona humana (y no una IA) para conseguir el acompañamiento adecuado y eficaz.

    Características de la Psicoterapia

    Diversas formas de psicoterapia comparten, en mayor o menor medida, objetivos comunes tales como: restaurar la esperanza, fortalecer el ánimo y fomentar el optimismo; comprender al paciente en profundidad; resolver conflictos internos; mejorar la percepción que se tiene de uno mismo; modificar patrones de conducta inadecuados; encontrar un propósito vital; reparar vínculos interpersonales y desarrollar estrategias racionales para enfrentar los problemas (Frank y Frank, 2004; Seligman, 1998).

    Para alcanzar estos objetivos, la psicoterapia ofrece varios elementos clave:

    • Una terapia eficaz se caracteriza por la creación de una alianza terapéutica sólida, es decir, una relación cercana y colaborativa entre paciente y terapeuta, orientada a resolver los problemas del consultante. La calidad de esta alianza influye notablemente en la efectividad y satisfacción con el proceso terapéutico (Kozart, 2000; Meier et al., 2006). Esta relación se fundamenta en el vínculo emocional, la calidez, la aceptación, la comprensión, la empatía y una actitud de amistad.
    • La terapia proporciona un entorno seguro donde puede ocurrir una liberación emocional o catarsis. Este espacio funciona como un refugio donde la persona puede expresar libremente temores, preocupaciones y secretos personales sin temor al juicio ni a la ruptura de la confidencialidad.
    • Toda psicoterapia ofrece, en cierto grado, una explicación comprensible del malestar humano, acompañada de una propuesta de intervención que permita aliviar ese sufrimiento.
    • Además, la terapia brinda nuevas formas de ver la realidad, tanto personal como relacional, y abre la posibilidad de adoptar nuevas conductas. El insight —una reorganización mental repentina que permite ver con claridad la solución a un problema— puede generar transformaciones profundas y duraderas en la vida del paciente (Crencavage y Norcross, 1990; Prochaska y Norcross, 2010; Grande et al., 2003).

    Existe una amplia variedad de enfoques y terapias en Psicología.  A continuiación, presento una tabla comparativa resumida de sus  principales fortalezas y si son de aplicación individual o grupal, según las necesidades de los consultantes:

    *Fuente: Adaptación de análisis de Corsini y Wedding, 2011; Prochaska y Norcross. 2010, en Coon 2013.

    Esta tabla no ha considerado a la Psicología Positiva, pudiendo ésta ser aplicada tanto a nivel individual como de grupos y comunidades.. Su principal fortaleza es que busca el bienestar humano centrándose en las cualidades y fortalezas de los pacientes, quitando del centro de atención en el problema o patología presente.

    Ifufunyane y el aspecto social en la salud

     

    El ifinfunyane y una terapia integral

    Un joven de 23 años padecía lo que en la cultura xhosa de Sudáfrica se conoce como “ifufunyane”, una afección vinculada a la brujería. Este mal, considerado un tipo de trastorno psicológico, era interpretado por las comunidades indígenas como una consecuencia del impacto emocional que el trabajo migrante —especialmente en ocupaciones de alto riesgo como la construcción o la minería subterránea— provocaba en las familias. Cuando un trabajador migrante fallecía durante sus labores, sus restos solían ser enterrados cerca del lugar del trabajo en lugar de ser llevados a su hogar. Esto alimentaba la creencia de que los espíritus de los fallecidos quedaban demasiado alejados para recibir los sacrificios rituales y, como ancestros, no podían velar por el bienestar cotidiano de sus familias. Se pensaba entonces que estos espíritus buscaban poseer a un hombre zulú vivo en las minas, con el fin de regresar a casa a través de él y así recuperar su rol ancestral dentro del grupo familiar. De ahí surgía la posesión de algunos hombres zulúes, conocida como ifufunyane o indiki.

    Inicialmente, el joven fue atendido en un hospital local, donde los psiquiatras le diagnosticaron esquizofrenia y comenzaron un tratamiento con medicamentos antipsicóticos. Aunque mostró cierta mejoría, su familia rechazó ese enfoque médico moderno y decidió llevarlo a un curandero tradicional, quien le administró hierbas específicas para tratar la ifufunyane. Lamentablemente, su estado empeoró y tuvo que ser hospitalizado nuevamente. En esta ocasión, los psiquiatras decidieron integrar a la familia en el proceso terapéutico. De manera colaborativa, acordaron un tratamiento combinado que incluyó tanto fármacos antipsicóticos como hierbas tradicionales. Como resultado, el joven mostró una notable mejoría y los síntomas atribuidos a la ifufunyane también disminuyeron (Niehaus et al., 2005).

    En este caso concreto se observa cómo el concepto de salud no sólo comprende las dimensiones exclusivamente fisiológicas y psíquicas, sino que además debe integrar los aspectos espiritual, social y cultura, en donde el individuo consiga obtener el pleno bienestar conforme a su inalienable dignidad humana. Lamentablemente, todavía hay profesionales de la salud que omiten las otras dimensiones en las que todas las personas integramos en nuestras vidas para darle sentido y propósito, elementos cruciales que nos permiten sobrellevar las adversidades que nos amenazan.

    Para comprender en profundidad esta dinámica de salud y factores extra fisiológicos, recomiendo la lectura de El Hombre en Busca de Sentido, de Viktor Frankl, psiquiatra judío que sobrevivió al campo de concentración nazi y descubrió -in situ- por qué había prisioneros que morían y otros que, a pesar de tener peores condiciones físicas que el resto, pudieron resistir hasta el final.

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    Referencias Bibliográficas

    1. Coon, Dennis y John O. Mitterer (2013). Introduction to Psychology: Gateways to Mind and Behavior, Thirteenth Edition. Wadsworth, USA.
    2. Corsini, R. J. y Wedding, D. (2011).Current psychotherapies (9a. ed.).Belmont, ca: Cengage Learnig/Wadsworth.
    3. Crencavage, L. M. y Norcross, J. C. (1990). Where are the commonali- ties among the therapeutic common factors? Professional Psychology: Research & Practice, 21(5), 372-378.
    4. Diccionario Médico de la Universidad de Navarra (2023). Disponible en: https://www.cun.es/diccionario-medico.
    5. Frank, J.D. y Frank, J. (2004). Therapeutic components shared by all psychotherapies. En A. Freeman, M.J. Mahoney et al. (eds.). Cognition and psychotherapy (2a. ed., pp.45- 78). Nueva York: Springer.
    6. Grande, T., Rudolf, G., Oberbracht, C., et al. (2003). Progressive changes in patients’ lives after psychotherapy. Psychotherapy Research, 13(1), 43-58.
    7. Kozart, M. F. (2002). Understanding efficacy in psychotherapy. American Journal of Orthopsychiatry, 72(2), 217-231.
    8. Meier, P.S., Donmall, M.C., McEldulf, P. et al. (2006). The role of the early therapeutic alliance in pre- dicting drug treatment dropout. Drug & Alcohol Dependence, 83(1), 57-64.
    9. Niehaus, D.J.H., Stein, D.J., Koen, L., et al. (2005). A case of “Ifufunyane”: A Xhosa culture- bound syndrome. Journal of Psychiatric Practice, 11(6), 411-413.
    10. Prochaska, J.O. y Norcross, J.C. (2010). Systems of psychotherapy: A transtheoretical analysis (7a. ed.). Belmont, ca: Cengage Learningl/ Wadsworth.
    11. Seligman, M.E.P. (1998). Why therapy works. apa Monitor, 29(12), 2.

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